Viernes Santo
A LOS PIES DE UNA CRUZ
El Viernes Santo es un día árido. Es un día a ritmo de la lectura de la Pasión (Jn 18,1-19,42), en el que descubrimos la Cruz como lugar límite y posibilidad de encuentro. En Viernes Santo, la injusticia, el dolor, la muerte y el mal, nos atraviesan y duelen. No pueden no dolernos. Pero también se hacen ocasión de encuentro: en el compartir la carga como el Cireneo (Lc 23, 26), en el llorar juntas y compadecernos (Lc 23,27), en la súplica "acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino" (Lc 23,39 -43) y en el permanecer de unas mujeres hasta el último momento (Mc 15, 40-41).
La petición que
puede acompañarnos en este día es: Enséñame
a acércame a tu dolor y permanecer frente al sufrimiento.
Viernes Santo II CANTOS DE GALLO
Fuera es lo contrario de dentro. Negar es lo contrario de afirmar. Desvincularse es lo contrario de identificarse. Callar es lo contrario de hablar. Dormir es lo contrario de DESPERTAR.
Y en medio de esto... cantó un gallo (Mc 14, 53-72)